domingo, 2 de noviembre de 2008

.Alma desnuda.



Yo fui alma desnuda que buscó cubrirse el cuerpo
con cualquier cosa en el externo
para no sentir el frío interno.

Yo fui alma desnuda en pena
necesitada de aprobaciones ajenas.
Desconocía que mi alma solo deseaba
mi calor para sentirse verdadera.

Yo fui alma desnuda hasta que probé descubrirme.
Caminé por mi interior.
Reconocí que mi valor es solo mío.
Que quiero aprender a sanarme en amor.

Yo fui alma desnuda hasta que sentí mi interior.
Fui alma desnuda que eligió curarse.
Fui alma desnuda que eligió amarse.

Fui alma desnuda hasta que reconocí
mi dolor viejo, seco, amargo.
Decidí curarlo sintiendo y llorando

Ahora me apoyo en mí, soy tan mía como mi esencia.
Ahora soy alma de amor propio, honestidad, pureza.
Ahora soy alma repleta de vida, fe y abundancia.
Ahora soy alma de amaneceres, ríos, mares y lluvia.

Ahora soy alma de fuerza nueva que siente,
consuela, expresa, abraza y ríe.
Ahora soy alma de comprensión, compromiso, realidad.

Ahora soy una, mi alma y yo
las dos juntas en una misma mirada.

Si queremos vivir con salud integral, vamos a sanar el ego psicológico. Si desaprendemos su programación limitante, podemos hacer que nuestros pensamientos y emociones trabajen a favor de nuestra misión de amar.

En el encuentro con el alma, experimentamos una energía vigorizante que se llama gozo. Es la que nos transforma hasta sentir nuevamente la felicidad y la paz que anhelamos. Esa vivencia es mucho más que un pensamiento positivo; es una apreciación valorativa de toda nuestra vida que une mente, corazón y alma.

¿Es tu alma la fuerza interna que te inspira a amarte tal cual eres?

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