domingo, 27 de diciembre de 2009

.Onda encanta de la Tierra.

















Este afán de controlarlo todo, de tener explicaciones para cada cosa, o más bien interpretaciones, sufrir porque no se sabe la causa o las consecuencias de algo, este afán de predecir, de estar encima de lo que va a pasar, este afán de ver en las profecías del 2012 un sinnúmero de hechos concretos y trágicos, este afán de sumar, de sacar cuentas y promedios, este afán de tener que saber qué hay a la vuelta de cada una de las curvas del camino, este afán de patrístico que tiene el poder sobre todo y por ese poder sabe que este paso va a desembocar en esa consecuencia fatal, este afán de decirle a los otros “yo te lo dije, no quisiste hacerme caso”, “cuántos dolores podrías evitarte si me hicieras caso”. Ese afán de saber que sólo será posible una reacción mediante las determinantes dadas, ese afán de decretar que las cosas va a ser para siempre de una misma manera, ese afán de imaginar que cuanto pueda sucedernos es la consecuencia de algo que hicimos, así la culpa y el castigo van de la mano, como una cadena indestructible. Así las herencias genéticas irreversibles y enceguecidas. Este afán de controlar, de hacer que desde aquí hasta unos años más, la vida sea una secuencia de viñetas dibujadas por alguien, la resurrección de los griegos y el destino ineludible, la circularidad de un anillo que vuelve a repetirse constante, la explicatividad de la química que todo lo reduce a una serie de concatenadas mezclas, reacciones y efectos, la causa y el efecto como la única explicación plausible, este afán de ser intelectual e inteligente y de dejar que la sabiduría sea la suma de lecturas, de lecciones y de estadísticas herrumbradas por los siglos de la observación y la legislación que detiene.

Mientas tanto, la tierra navega en un espacio insondable, mientras tanto, la tierra, sin tener respuesta alguna, hace que florezcan primaveras y se inunden desiertos de verano cerca de la costa, mientras tanto la tierra, en cada vuelta origina amores de la noche y proyectos que encienden en los días las acciones correctas, y mientras tanto la tierra se pasea por el espacio en una sincronía perfecta, que de mucha explicación que de ella se haga, y que parezca lógica, puede en un segundo dejarla de lado, es que mientras que la tierra se pasea por el océano del cosmos en un órbita espiral que asciende, sin que existan direcciones ni puntos de referencia, todo lo que así parezca toda explicación, todo rumbo fijo, toda determinación ajada, es invento nuestro, en el afán de hacer las cosas con las reglas del poder que es dueño, el afán de explicar cómo sucede cada cosa es solo un intento casual de un puro hecho, que puede repetirse innumerables veces, y puede alguna vez no repetirse más. Así la tierra, madre, nave, sangre, cuna, así la tierra con su centro de cristal, con su movimiento, así la tierra, es la enseñanza que nos llega, que se viene para callarnos las dudas, las dudas son palabras que se golpean al interior de las cabeza, las dudas son posibles respuestas o preguntas posibles, las dudas son intentos de poseer respuestas y saber que es imposible y que no hay respuestas y que es mejor que no las haya y que todo cuanto pase, es una serie de sincronías permanentes que suceden diferentes a cada instante. Saber entonces no es guardar, es estar atentos, para ver en cada hecho que suceda o que pudiera suceder, qué nos dice el universo, dejarse llevar, así de simple, como lo hace la tierra. Si pensamos que podemos explicarnos todo y que así ha de ser, de aquí en adelante todo, puede que sólo en un segundo más algo suceda y deje atrás para siempre lo que parecía definitivo y tan fuerte. Si de aquí al 2012 se cumplieran las siniestras profecías de las películas de moda, si de aquí al 2012, resucitaran volcanes colosales y meteoritos persiguiéndonos de afuera, qué habríamos de hacer nosotros, tal vez un héroe gringo podría auto sacrificarse y desviar la lava o explosionar el aerolito justo un segundo antes de tocar a mi perro, quizás, quizás es la palabra y si todo esto me da miedo, es porque pienso que lo que sé no puede ser diferente, porque creo que mi esencia radica en mantenerlo todo tal y cual he inventado cómo es.

Dejemos que la tierra nos enseñe, hace falta soltar, hace falta soltarse, si te enredas en lo que habrá de suceder, si así siguen las cosas, sólo perderás la oportunidad de hacer algo diferente, se puede, sé que se puede, por mucho que me cueste pelear con mi cuerpo desperfecto, por mucho que me cueste perfilarme con los jefes disfrazándose de reyes que quieren que la vida sea como ellos quieren, por mucho que me falte o que me sobre, con todo estoy aquí, viajero inmerso en la mitad del universo, quizás, y lo que me hace decir estas palabras está mucho más allá de todo eso, porque no está en ninguna parte, estar en alguna parte es pensar que esa parte es algo y puede que no sea, o que en un momento más sea una sombra que se lleve un pájaro. Nos hace mucha falta volver a la tierra y sentir que es una nave que se mueve siempre, que nos lleva en su vientre, nos alimenta y no sabe, para qué saber nosotros, mejor estar presentes en cada unos de los mágicos momentos del presente y ser cariñosos con quien tanto nos quiere desde siempre

DRAGÓN RESONANTE ROJO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo con dejar de ser, eres realmente, entonces estás vacío y la intuición empieza a irradiar.

FELIZ AÑO 2010