sábado, 29 de agosto de 2009

.Venganza.


La venganza es la expresión más dañina del individuo contra sí mismo, una forma explícita de crear karma muy negativo para uno mismo, por más que el hombre considere que de esta manera equilibra las fuerzas que previamente operaron contra su voluntad.

Los hombres se sienten sedientos de venganza cada vez que estiman que el otro acometió injusticias contra ellos, sus familiares o seres queridos, o sus circunstancias.

Si el hombre supiera que en otros planos, aquel que le infringe el daño es un voluntario para llevar a cabo una delicada misión que ayuda al reconocimiento de la experiencia por la supuesta víctima, cambiaría su parecer al respecto.

En el Perfecto Orden de las cosas, cada hecho o acción obedece a un plan ulterior de evolución. Incluso las experiencias más traumáticas son una manera que necesita el individuo para despertar a un estado de Conciencia Superior.

El Yo Superior de aquel que te infringe el daño ha pactado previamente con tu Yo Superior en que en un acto de amor sería aquel que te haría el supuesto daño. Generalmente se trata de Espíritus de la misma familia que necesitan -en un proceso de mutua evolución- ser la víctima y el victimario.

La toma de conciencia es rara en estos casos, ya que allí es cuando la venganza adquiere vida propia y enajena al individuo de su propio accionar.

La venganza actúa como una forma pensamiento que se alimenta de las bajezas de los cuerpos inferiores. Quien haya tenido sed de venganza lo sabrá: El sentimiento se manifiesta con una sensación que raya lo sexual. Si bien no hay nada de malo en lo sexual, ni mucho menos -ya que es la forma que tienen los seres tridimensionales de cumplir con el plan de evolución- está siempre teñida de sensaciones que hacen sólo a los planos inferiores de la personalidad. Aquí es donde se instala la sed de venganza. De allí a los sentimientos extremadamente físicos que despierta.

Utilicen la Luz Violeta y luego purifiquen con Luz Blanca. La luz disuelve estas formas pensamiento, que no hacen más que empujar al hombre a actuar contra sí mismo, en un acto injustificado considerado equívocamente necesario para igualar la balanza de la Justicia. Recuerden que Justicia es un término de vuestro plano, no existe más allá de la cuarta dimensión de conciencia. No es.

Aquellos que cometen un acto de venganza bien saben que éste no hace más que sumirlos en un profundo estado de tristeza. Porque la venganza no es necesaria en la Manifestación del Amor, y porque no es sino un acto de desamor hacia uno mismo.


Analia Martin

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