.Mi alma, mi mente, cuarta parte.

Mente y alma, mente y Ser, mente y espíritu, constante polaridad instalada en la humanidad, como dos, nunca como Una. Sin embargo ambas son Una, el individuo que las porta, de él depende que se amalgamen para poder lograr la libertad de aceptar el Ego y el Ser en conciencia expandida, este es el camino de la re-evolución.

Nos veremos primero como polaridad, el primer estado ineludible de la experiencia humana, veremos la mente, luego el Ser y luego la amalgama que nos otorga la libertad del SI mismo. Viviremos la experiencia del Ser.

Mente: Es el estado mas conocido para todos, este estado apenas conoce el presente, nos sitúa constantemente en el pasado o en el futuro; es el estado que no conoce la aceptación, siempre está en juicio; es el estado que desconoce la armonía, es el estado que atropella y controla, siempre esta elucubrando situaciones probables de vida; es el estado que no conoce la verdad de la totalidad de lo que somos, la niega, aprueba solo su existencia, es el estado donde se alimenta el miedo. Es el estado que quiere protagonismo, lo llamaremos estado egoico, y minimiza al alma, al Ser, a la iluminación como estados solo alcanzados por “elegidos” ( ¿o quizás, ellos/as se eligieron?).

Una mente desarrollada es el estado cómodo de lo permitido, no juzgado, normal, aceptado, poderoso, envidiado, alentado, socialmente exaltado. Una mente siempre funcionando se ve como “ideal”, sin embargo el ruido mental impide que escuchemos el Ser, el Ego lo sabe, la mente lo sabe, y aunque creemos ser los pensadores, la mente nos posee. El violinista toca el violín, el violín no lo posee la violinista. Ten cuidado que tu instrumento, la mente, no te posea.

A medida que uno crece, va formándose una imagen mental de sí mismo basada en su condicionamiento personal y cultural, basada en lo aparente, lo manifestado. A este Yo lo llamamos Ego. El Ego es tu actividad mental y sólo puede funcionar mediante el pensamiento constante. El Ego se identifica con la mente, la mente es producto del afuera “llenado” por nuestra familia, la sociedad y nosotros con nuestras percepciones del entorno. El Ego no es malo es el hacedor.

Existe un Ego no aceptable, y un Ego aceptable uno manipula buscando siempre mostrar y reforzar el Ego aceptable. Por ejemplo, si me compro un pantalón y nadie dice nada no es lo mismo si me compro un pantalón y muchos me dicen ¡Que lindo te queda, te hace mas flaca¡ Seguramente a este segundo lo usaremos más seguido buscando el Ego aceptable. Gastamos mucha energía tratando de tener siempre a disposición de otros mi Ego aceptable ya que éste funciona en función de algo. Por lo cual el Ego se interpone entre tú y tú, entre tú y otros, ya que en esa multiplicidad de yoes te pierdes a vos mismo, el ruido mental es tan grande que no te escuchas, y así transcurrimos la vida, y las vidas, sino despertamos.

El Ego nos vuelve compulsivos, ya que el vació que el genera, nuestra mente tiene que llenarlo con “algo” y esos algo son droga, comida, sexo, personas, cursos, Internet, etc, El vacío se hace cada vez mas grande, mas miedo, dolor, sufrimiento, culpa, y se produce una retroalimentación negativa en mi mismo.

El Ego crea, sostiene y alimenta la ilusión de separación, para que olvides que somos Uno con lo que Es, de esta manera sostiene el vacío.

Yo empiezo a reconocer a mi Ego cuando lo identifico, ahí el Ego empieza a estar en problemas,

El Ser es la esencia del Ego, el Ser sostiene al Ego, pero el Ego no sostiene al Ser. El mar no son las olas, pero si las sostiene, las olas no sostienen el mar. El mar es el Ser , las olas el Ego.

Cuando empiezas a observar empiezas a despertar, a romper la ignorancia (gurú).

Empiezas a despertar.

Claudia Maria 2008