La sombra personal se desarrolla en todos nosotros de manera natural durante la infancia. Cuando nos
identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad -como la buena educación y la
generosidad, por ejemplo, cualidades que, por otra parte, son reforzadas sistemáticamente
por el entorno
por el entorno
que nos rodea- vamos configurando lo que W. Brugh Joy llama el Yo de las Resoluciones de Año Nuevo.
No obstante, al mismo tiempo, vamos desterrando también a la sombra aquellas otras cualidades que no
se adecuan a nuestra imagen ideal -como la grosería y el egoísmo, por ejemplo -. De esta manera, el
ego y la sombra se van edificando simultáneamente, alimentándose, por así decirlo, de la
misma experiencia vital.
Carl G. Jung descubrió la indiso lubilidad del ego y de la sombra en un sueño que recoge en su
autobiografía Recuerdos, Sueños, Pensamientos:
Era de noche y me hallaba en algún lugar desconocido avanzando lenta y penosamente en medio de
un poderoso vendaval.
La niebla lo cubría todo. Yo sostenía y protegía con las manos una débil lucecilla que
amenazaba con apagarse en cualquier momento. Todo parecía depender de que consiguiera
mantener viva esa luz.
De repente tuve la sensación de que algo me seguía. Entonces me giré y descubrí una enorme
figura negra que avanzaba tras de mí. A pesar del terror que experimenté no dejé de ser consciente en
todo momento de que debía proteger la luz a través de la noche y la tormenta.
Cuando desperté me di cuenta de inmediato de que la figura que había visto en sueños era mi
sombra, la sombra de mi pro pio cuerpo iluminado por la luz recortándose en la niebla. También
sabía que esa luz era mi conciencia, la única luz que poseo, una luz infinitamente más pequeña y
frágil que el poder de las tinieblas pero, al fin y al cabo, una luz, mi única luz.
Son muchas las fuerzas que coadyuvan a la formación de nuestra sombra y determinan lo que
está permitido y lo que no lo está. Los padres, los parientes, los maestros, los ami gos y los
sacerdotes constituyen un entorno complejo en el que aprendemos lo que es una conducta
amable, adecuada y moral y lo que es un comportamiento despreciable, bochornoso y pecador.
La sombra opera como un sistema psíquico autónomo que perfila lo que es el Yo y lo que no lo
es. Cada cult ura -e in cluso cada familia - demarca de manera diferente lo que corresponde al
ego y lo que corresponde a la sombra. Algunas, por ejemplo, permiten la expresión de la ira y la
agresividad mientras que la mayoría, por el contrario, no lo hacen así; unas reconocen la
sexualidad, la vulnerabilidad y las emo ciones intensas y otras no; unas, en fin, consienten la ambición
por el dinero, la expresión artística y o el desarrollo intelectual mientras que otras, en
cambio, apenas si las toleran.
En cualquiera de los casos, todos los sentimientos y capacidades rechazados por el ego y
desterrados a la sombra alimentan el poder oculto del lado oscuro de la naturaleza humana. No
todos ellos, sin embargo, son rasgos negativos. Según la analista junguiana Liliane Frey-Rohn,
este misterioso tesoro encierra tanto facetas infantiles, apegos emocionales y síntomas neuróticos
como aptitudes y talentos que no hemos llegado a desarrollar. Así, en sus mismas palabras, la
sombra «permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la
vitalidad; ahí puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente
humano».
C.G.Jung
2 comentarios:
Ese lado oculto de la naturaleza humana, la sombra tan bien enfocada en todos los libros de Jung, no deja resquemores, único, , hay que traer los libros de Jung al grupo voy a ver si me ocupo, grande la nota Claudia gracias.
pd.publique un adelanto del cielo y luego publicaré,que es la sombra, los 2 publicados antes en el blog por Mami.
No puedo dejar pasar la oportunidad y recomendarles este documental sobre el arquetipo de la sombra, en mi blog esta para bajarlo completo, les dejo el enlace youtube.
http://www.youtube.com/watch?v=hPOHY2lSoJc
Publicar un comentario